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Mensaje de inicio del ciclo escolar 2020-2021

¡Tlanchitanitatit!

Tapaxkit qalhtawaqananin: Tlen wixin laktsuman chu laqqawasan, taskujnin maqalhtawaqananin, chu xlikilhpaxtum xatalhman puqalhtawaqa. Xmanwa’ najkawaniyan qalhtum tachuwin lata’ tlan chitampatit uy’ma kxasasti taqalhtawaqa wantu tsukumaa. Nachuna’ kkawaniyan pii liputum na’anaw matliwaqlhaw wa uy’ma taskujut xatalhman Puqalhtawaqa Universidad Intercultural del Estado de Puebla.

Tanesik. Panoltihtzihno. Kwaltzin tlakahtzin tlasohtzitzin telpokamachtiani wan ichpokamachtiani, noteyolchihkahkawa tlamachtiani wan nochi simanawak Tlamachtiloyan. San namechmakas seki tlahtolli de kwaltzinotzinos ipan inin tlapowali tlen pewa. Tikchikawaske in tekitl intercultural tlen ipan simanawak Tlamachtiloyan.

Compañeros y compañeras, hermanas y hermanos en la lengua y en pensamientos. 

Como es de nuestro conocimiento, son tiempos difíciles. Sabemos la complejidad y las muchas dificultades que nuestras familias están padeciendo y que en carne propia estamos viviendo. Estamos en presencia de un enemigo silencioso, con una fuerza que proviene de la naturaleza y que reta toda lógica y toda costumbre.

Nos encontramos en un momento histórico de la humanidad, que no se vivía con tanta incertidumbre desde hace cien años, ni con tanta intensidad en más de 500 y ni con tanto temor en más de 800 años. Una vez más nuestro pueblo se encuentra frente al enorme reto de sobrevivir en espíritu y en cuerpo.

A pesar de lo anterior, en este comienzo del ciclo escolar, tenemos la oportunidad de construir valientemente los cimientos del futuro, en nuestras mentes y en nuestros corazones. 

Sabemos lo mucho que algunas familias han sufrido y sabemos lo difícil que será reponerse, pero la oportunidad de formarnos en nuestra Universidad, que surge del pueblo y es para el pueblo, nos recuerda que el camino sigue abierto y que el tiempo de la vida camina con nuevas oportunidades.

Ahora es tiempo de fortalecernos con las herramientas del conocimiento que engrandecen a las personas y a los pueblos. Este nuevo ciclo escolar, nos permite continuar con lo que nuestros padres y madres, con lo que nuestras abuelas y abuelos, trabajaron para tener un futuro mejor.

Es importante recordar que nuestras aulas, no están solamente en los edificios, ni nuestro aprendizaje, está solamente en los libros. Hoy valoramos el conocimiento de nuestros hogares y nuestros antepasados, a la vez que reconocemos los avances que como humanidad hemos logrado. Ahora, nuestro conocimiento se nutre de las experiencias de vida en nuestros lugares de origen, al mismo tiempo que los aprendizajes son compartidos mediante nuevas tecnologías, las cuales nos acercan y nos unen. Tecnologías que no serían posibles, sin la participación de cada estudiante universitario y cada profesor de las décadas pasadas.

Ahora nos toca continuar con la formación y la enseñanza frente a nuevos retos que la vida contemporánea nos presenta. Retos que no se vivían desde hace mucho tiempo y que nos toca afrontar con valor y unidad.

En palabras de un viejo colega, puedo decir que “el cambio que necesita México no es sólo político o económico, sino cultural, de valores, de prácticas, y muchas de ellas ya se desarrollan en nuestra sociedad; hay que visibilizarlas, que reflexionar sobre ellas, practicar el bien común y la reciprocidad como valores que nos pueden ayudar a reconstruir el tejido social y las instituciones para tener una sociedad mejor”. Y esto sólo será posible, si nos entregamos a nuestras actividades universitarias con pasión y entrega. 

La Universidad Intercultural del Estado de Puebla, abre una vez más sus puertas a cada estudiante, con la confianza de que seguirán formándose ciudadanos responsables y profesionistas de calidad, que contribuirán a un mejor país y una mejor sociedad.

Parafraseando al viejo poeta del siglo XVI, Nezahualcóyotl, puedo decirles que debemos alegrarnos con las flores, no las que perdimos, sino las que tenemos en nuestras manos, esas flores que nos dan el conocimiento y el amor mediante las personas que nos animan a seguir luchando por contribuir a un México fuerte. Pongámonos ya los collares-de-flores, en estos tiempos de lluvia que nos traen tormentas, pero que también alimentan la tierra. Que nuestras voces juntas nos ayuden a reinventar la vida y a florecer como lo hacen las flores después de la tormenta.

Agradecido por el esfuerzo de cada miembro de nuestra comunidad universitaria, no me resta más que decirles: ¡Tlanchitanitatit! ¡Kwaltzin ma walwilowa tzino!

Sean pues bienvenidas y bienvenidos todos a este nuevo ciclo escolar 2020-2021. Que la oportunidad de formarnos juntos, nos ayude a construir un México más fuerte. Tlasohkamati, Paxtikatsinilh.

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